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es necesario convertirlos de forma eficaz. Esto se consigue mediante el biocompostaje y
vermicompostaje de los residuos y restos agrícolas, urbanos y agroindustriales. Cada vez se
comprende más que el compostaje es un proceso respetuoso con el medio ambiente que
convierte una amplia variedad de residuos en valiosos insumos agrícolas.
Se atribuye a la agricultura industrial explotadora global, que depende del uso excesivo de
agroquímicos, la principal causante de la destrucción generalizada del suelo y es responsable
del 50% de las emisiones totales de GEI (Koont, 2011). El creciente costo económico y
ambiental de los químicos agrícolas, junto con el costo cada vez mayor de los vertederos, exige
una reorientación de la gestión agrícola. El proceso de utilizar especies de lombrices que
habitan en la superficie para descomponer de manera eficiente y ecológica los desechos
orgánicos, produciendo un fertilizante orgánico superior como subproducto, conocido como
vermicompostaje, está brindando con éxito soluciones sostenibles en la producción de
alimentos y el manejo de desechos orgánicos en todo el mundo. La integración del
vermicompostaje en la agricultura y la gestión general de residuos presenta beneficios
económicos, ambientales y sociales para Europa, al generar resiliencia en respuesta a los
impactos del cambio climático, el agotamiento de los recursos naturales y la desertificación.
Es la creencia de que aprovechar el poder de la lombriz de tierra para sentar las bases para
transformar nuestro sistema alimentario es lo que sustenta el propósito de la propuesta del
proyecto PowerWORM. El compostaje de lombrices, también conocido como
vermicompostaje, sienta las bases para construir un movimiento local de alimentos orgánicos
que simultáneamente brinde soluciones sostenibles en el manejo de desechos orgánicos. Desde
una perspectiva política y cultural, Europa tiene que centrarse en el papel del vermicompostaje
como modelo integrado dentro de la agricultura, considerando tanto la agricultura urbana como
la rural dentro del sector privado, cooperativo y gobernado por el estado.
El valor y la importancia de las lombrices de tierra en la agricultura fueron reconocidos por
escrito por primera vez por el padre de la ecología, Charles Darwin, quien en 1881 declaró:
"Las lombrices son poderosas que el elefante africano y son más importantes para la economía
que la vaca".
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